Julia

Escupí en el suelo. Me quedé absorto mirando la mezcla perfecta de moco y saliva.

No fue ni de lejos la mejor respuesta a su propuesta de matrimonio. Sus ojos marrones apuñalaban los míos sin compasión.

-Julia...-conseguí articular.-me acabo de meter un chute...

-Siempre drogado,siempre borracho o ambas.

Julia nunca se equivocaba,lo había aprendido hacía ya cinco años. Yo era un deshecho y tenía que besar el suelo que pisaba, tenía que abrirme en canal y dejar que cogiera mi intestino para tender la ropa si lo pedía. Era su muñeco roto.

-Julia...

Vomité decorando el suelo con el cocido de mi suegra.

-¡Jodido gilipollas!-gritó ella.- ¡¿Ya tienes que montar el númerito?!¿No quieres casarte? ¿No me quieres?¡Contesta maldito bastardo!

-Julia...¿eso es sangre o el chorizo de tu madre?

-Contesta Toni. Es una pregunta simple, de sí o no. ¿Ni eso sabes hacer?

Volví a vomitar.

-Muy bonito,Toni, muy pero que muy bonito. Lo haces aposta,¿verdad? Quieres joderme la vida,¿verdad?

Se puso a llorar.

-¿Por qué me haces esto Toni? ¿Por qué?

La habitación se me estaba cayendo encima, las taquicardias me estaban poniendo los huevos de corbata,los escalofríos no tardarían en llegar.

-Julia...Julia...llama a la ambulancia...

-Toni...-empezó a decir entre sollozos incontrolables.-¿Nos casaremos?

Caí al suelo, las piernas no me respondían. Creo que hasta me oriné encima.

-Julia...-dije todo lo bien que mi mandíbula castañeante me permitía.- Julia,me caso contigo...pero llama a la jodida ambulancia...

-¿Ahora si? No lo dices de verdad.Lo dices para que me calle...

-N...o....no...

-Toni,me voy.No puedes darme lo que quiero...

Lo último que vi antes de perder el conocimiento fue las estilizadas piernas de Julia saliendo por la puerta. El ruido de sus tacones aún retumba en mi cabeza.Nunca volví a verla,ni la busqué,ni pude odiarla por dejarme ahí.Yo era un deshecho y ella siempre tenía razón.