jueves, 12 de febrero de 2015

Ciegos






Me gusta vivir detrás de una barra. Adoro el momento en el que entra una mujer salvaje embutida en un micro vestido verde y el tipo RonCola  se quita la alianza con disimulo.

Me gusta que el cliente SolYSombra siempre pida lo mismo aunque al entrar diga "Niña,hoy quiero algo distinto."

Adoro que que la mujer VodkaConLimón beba tanto que acabe subida a la mesa del billar moviéndose como Falete en pleno ataque epiléptico,aunque eso sólo suceda cuando su ex marido le ingresa la pensión de los niños y ella opta por bebérsela.

Cuando trabajas en un bar aprendes a no juzgar, te conviertes en un fantasma que sólo se materializa cuando los demás necesitan que lo hagas.

La mayoría de clientes me ven pero no me miran, no soy nadie, no tengo facciones para ellos, ni un nombre, piden y les doy.Balbucean y les entiendo. Podría llamarme Oscar, Martín,Laura, o Virginia y daría igual, el resultado sería el mismo. No quieren nada más que les llene el vaso y yo no quiero nada más que sus sucios billetes.

Soy el psiquiatra de la gente que no tiene cojones de admitir que tiene un problema, receto alcohol igual que Luís me receta prozac.

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