domingo, 9 de agosto de 2015

Gretel







-No siempre fui así, ¿sabes?

El eco de mis palabras desgarraron la quietud del callejón.

-No me importan tus traumas, yo sólo quiero comerte las tetas.

-Pues venga.

Sus manos arrugadas me abrieron la camisa con urgencia, era bastante torpe, pero no necesitaba un buen amante, sólo alguien que me diera ganas de arrancarme la cabeza cuando se me pasara la borrachera.

Hacía mucho que me había perdido, hacía más que había dejado de tirar miguitas de pan para encontrar el camino de vuelta. Era una fracasada con todas las letras. Sin planes. Sin intención de tener un futuro.

Su asquerosa boca encontró por fin el pezón, su obtusa lengua lo chuperreteaba de tal manera que de vez en cuando tenía que sorberse las babas.

-Nunca te has visto en una así,¿eh?

 Siempre me esforzaba en hablar con esos capullos para cerciorarme de que eran todo lo miserables que necesitaba.  Contra más cerdo era el tipo que tenía delante más cachondo se ponía mi cerebro.

Le acaricié la cabeza mientras me subía la falda y apartaba el tanga para introducir unos de sus rechonchos dedos en mi coño palpitante.

-Eso no entraba en el menú, querido.

-¿No?

Preguntó como un cachorro al que sus hermanos le han robado el filete de entre los dientes.

El muy idiota no captó mi invitación así que lo aparté. No podía hacer otra cosa.

-No eres lo bastante capullo.

Le di la espalda y empecé a andar calle abajo, podía palpar su frustración pero no hizo nada.

En el fondo era un buen chico así que lo deseché,por no contribuir en mi autodestrucción.













No hay comentarios: