martes, 7 de abril de 2015

Habitación 204




Me levanté de la cama empapada en su sudor, con el pelo alborotado y el pintalabios corrido por las comisuras,palpé mi entrepierna con mis dedos temblorosos.Me estremecí al notar los flujos de ambos mezclados.

Habíamos tardado demasiado en tenernos, años de idas y venidas, de canciones y cafés,de odiarnos y echarnos de menos.De fantasear como sería ganar, por una vez en nuestras vidas y ahí estaba,con el chico que había aniquilado y resucitado todo pensamiento romántico.

Al mirar su cuerpo desnudo en la cama supe que le amaba con cada tara de mi jodido cerebro.

Me hubiera pasado toda la noche lamiendo sus cicatrices

Me frustraba pensar que nunca vería lo increíble que era en todo lo que hacía conmigo, bajo las sábanas de los hoteles o por las calles de la ciudad.

Respiré hondo mientras buscaba sus pantalones por el suelo de la habitación para robarle un cigarro y el estribillo de una canción me atacó sin previo aviso:

Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres.


Encendí uno de sus Mallboro y  abrí la ventana para que el frío de enero entrara en la habitación.

-Somos una maldita canción de Sabina,querido. 

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