sábado, 21 de marzo de 2015

El cóctel




Cada día puedo decidir, afrontar mis acciones y someterme voluntariamente al juicio de mi cerebro o, tomarme la medicación del psiquiatra para bloquear todo pensamiento negativo y positivo.

Cada día tengo la opción de pasar por la vida de puntillas, sin mancharme las manos, sin dormir en el barro o sin dejarme arrastrar a los acantilados de la conciencia. Aprender a vivir conmigo mismo.

Cada día me tomo la pastilla con una botella de ginebra, esperando no tener que decidir nunca más.





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